La Comisión de Deportes del Senado, que preside Julia César Catalán Magni, realizó este jueves una ceremonia en la que entregó los premios “Delfo Cabrera-Edición 2016” al deportista ejemplar. Justo en el Día de la Tradición. Y qué más que el Pato, nuestro Deporte Nacional, tuviese una distinción a la altura.
En 1999, se realizó la primera entrega en el Senado para rendir homenaje a Delfo Cabrera, atleta nacido en 1919 en Armstrong, Santa Fe, quien obtuvo la medalla de Oro en los Juegos Olímpicos de Londres 1948. Sin embargo, el Pato, Deporte Nacional, tuvo su primera participación en 2015, cuando fue nominado Hugo Bellinzoni, quien obtuvo el correspondiente diploma por parte de la Comisión de Deportes de la Honorable Cámara del Senado de la Nación.
En esta oportunidad, la medalla de oro fue entregada a Nora Vega por “su profesionalismo y trayectoria deportiva en el patín”. Además, Carlos “Tata” Baldomir (Boxeo), José Cocol Gomez (Futsal), José María Irigoyen (Pato), Néstor Galarraga (Taekwondo), Juan “Pepe” Sánchez (Basquet), Oscar Castellano (Automovilismo), Nancy Álvarez (Triatlón), Guillermo Cañas (Tenis), María Best (Remo) y Alicia Barranco (Natación), recibieron su medalla de plata como deportistas destacados en su disciplina.
José María Irigoyen, el hombre y su cultura
José María Irigoyen nació un 14 de agosto de 1949, en General Las Heras, Provincia de Buenos Aires. Fue pionero, precursor, fundador y hasta prócer del deporte, son algunos de los adjetivos que definen a nuestro postulante al Premio Delfo Cabrera. Con perfil muy bajo, Don José María como muchos lo llaman, además de resultar séptuple Campeón del Abierto Argentino de Pato con el taquillero conjunto de Fortín Loreto, es el mentor de los mejores jugadores de la historia del Pato: Martín Salaberry y Nicolás Taberna, entre los más destacados.
Vivió toda su vida en General Las Heras, dedicado a su gran pasión, la cría de caballos. De familia trabajadora rural, José María fue el precursor del Pato femenino en el país, un deporte ligado hasta ese momento, estrictamente a los hombres. A fines de los 80 cuando María Marta y Jorgelina Taberna comenzaran a frecuentar el campo La Mestiza, ya de a caballo ellas, se sumaron a las prácticas de los hombres. José María propuso armar un circuito de competencia que involucraba a Gral. Las Heras, Gral. Belgrano, Chivilcoy y Campo de Mayo.
Otras deportistas como Carolina Sabatier, Marcela Sala, Mercedes Yaren, Francisca Terrera, entre otras pioneras se sumaron a las prácticas. En 1989, se convocó a las más destacadas, formando un selectivo nacional que tuvo su lugar en el prestigioso predio de Palermo enfrentándose al conjunto femenino francés que iniciaba también en la actividad Patera. José María había viajado a Paris – Francia representando a la Argentina, a los fines de fomentar y desarrollar la actividad en el viejo continente. Allí, con gestos de precursor, no dudó en convocar a las deportistas parisinas y traerlas a la Argentina. El deporte había dado un paso muy importante, por primera vez en su historia las mujeres eran parte de la competición oficial, un universo hasta ese momento masculino.
PIONERO DE LA RAZA DE CABALLOS TIPO PATO
El caballo deportivo tipo Pato, no existió hasta hace algunas décadas atrás, pues el Pato se jugaba con la raza de caballos criollos, cercano al tradicionalismo. Cruzas, adiestramiento, mucho trabajo y práctica es la pasión de José María Irigoyen. Su primer caballo se lo regaló su padre y luego, él formó su propia caballada con ejemplares ya adultos que reprodujo, formando una nueva camadas de potrillos y potrancas que a lo largo de los años, adiestró y convirtió en ligeros caballos deportivos, incentivando y perfeccionando la raza de ejemplares de Pato.
Para cuando José María ganó su primer Abierto Argentino, poseía en su quinta “La Mestiza” 25 caballos en la manada, varios potrillos y potrancas y 25 caballos entrenados para competir. A lo largo de los años sus ejemplares fueron parte de una gran cantidad de premios y reconocimientos entregamos por La Rural Argentina, la Asociación Argentina de Fomento Equipo, el Secretaria de Actividades Hípicas (dependiente de Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación), la Federación Argentina de Pato, entre las entidades más destacadas.
“Picaflor”, “Polenta”, “Peregrina”, “Leyenda”, “Perla”, “Cumbia”, “La Correntina” y “El Porvenir” entre otros, fueron sus ejemplares más reconocidos.
La generosidad era su talento más notable, pues todo aquel que iba a “La Mestiza” salía con caballos prestado por José María. Él apadrinaba varios de los equipos que disputaban competencias de baja y media ventaja, dentro del Calendario de la Federación Argentina de Pato. Los más jóvenes (muchos de ellos sin recursos económicos), que demostraban pasión por aprender, respeto y cuidado hacia los animales contarían con su gran ayuda.
Fue de esa manera, que se formaron 2 grandes íconos del Pato, destacados, inexpugnables campeones: Martín Salaberry y Nicolás Taberna.
MENTOR DE LOS MÁS DESTACADOS DEPORTISTAS
El Pato, es parte de la cultura del pueblo de Gral. Las Heras, el primer grupo destacado devenidos de aquella localidad, triunfaron en 1947 cuando alcanzan el primer Abierto Argentino, ellos fueron Raúl Ithurburu, Raúl Linaza, Rubén Cambiasso y Marcelo Echegaray. Con la madures deportiva y laboral, José María abrió sus puertas a los más jóvenes, algunos de ellos futuros talentos que apenas se iniciaban en el deporte. Demostrando absoluto interés en la cuida de los caballos, Martín Salaberry de 11 años comienza a frecuentar la estancia y nace allí la historia del mayor ganador de Olimpia de Plata de Pato (10 veces) y considerado por muchos el mejor jugador de la historia del deporte. Como no poseía los recursos económicos para solventar viajes, pagar inscripciones ni poseer caballos, José María apadrinó a este joven talento, que con solo 17 años, la Federación Argentina de Pato le otorgó los 10 tantos de valorización. (El más joven de la historia).
Así mismo, fue para Nicolás Taberna que con 9 años, comenzó a jugar al Pato. Vecinos de José María, junto a sus hermanas visitaba La Mestiza. Luego del colegio, se iba a las prácticas, ayudaba con la cuida de los animales, esperando la recompensa que llegaría el fin de semana, cuando la competencia oficial iniciaba y allí, los magníficos ejemplares que cuidaba, propiedad de Don José María viajaban y se mostraban protagonistas, una y otra vez. Hoy Nicolás Taberna, aún en actividad, es el último Campeón Argentino de Pato, hazaña que repitió en 8 ocasiones más. También es Capitán del Seleccionado Nacional de Pato Horseball en desde 2006 hasta la actualidad.
Y como dicen, los alumnos superaron al maestro.
LOGROS DEPORTIVOS
Con tradición dentro del pueblo, José María da sus primeros pasos en el Campo de Pato de aquella localidad y a la edad de 15 años se inicia en la actividad oficial en el Torneo Nacional de Novicios.
A lo largo de su carrera como jugador José María gana gran cantidad de Torneos representando al Campo de Pato Gral. Las Heras, su máximo esplendor llega a los 31 años cuando gana por primera vez el Abierto Argentino de Pato. Para aquel entonces, José María contaba con 25 ejemplares que utilizaba para competir él y que completaba la caballada de sus tres compañeros de equipo.
Fue allí, en 1980, cuando se inicia la historia de uno de los más famosos cuartetos del deporte. Los destacados jugadores: Dante Spinacci, Luis Mapis, Alejandro Yaven y José María Irigoyen se encontraron y formaron el equipo de Tres Lagunas representativo de 9 de Julio, Prov. de Bs As. El incipiente conjunto destronó a Barrancas del Salado y comenzó una nueva etapa en el deporte que marcaría una década muy especial para el desarrollo del juego.
En 1981, el equipo tal como se menciona anteriormente, comenzó a jugar para el Campo de Pato Fortín Loreto, oriundo del sur de Santa Fé (campo inactivo hace ese momento). Durante 10 años, conquistó dos tricampeonatos del torneo más importante de año, el Abierto Argentino.
Desde 1980 hasta 1983 repitiendo la hazaña en 1986, 1987, 1988.
Protagonizó las finales 1984 y 1985, donde disputó el partido definitorio contra Barrancas del Salado, siendo este último Campeón en ambas ocasiones.
Su función era de marcador central del aro, vistiendo la camiseta N° 1. Sin duda, José María Irigoyen formó parte de la época de oro de nuestro deporte, aunque su más destacado talento fue el legado para las futuras generaciones de deportistas que brillaron años después gracias a su generosa y desinteresada ayuda.